El territorio que hoy se
conoce como Salazar de las Palmas pertenecía al cacique Cínera jefe de la tribu
chitarera. A mediados del siglo XV se intentó por parte de las tropas españolas, la creación de un pueblo en el
territorio, con la finalidad de apoderarse de las riquezas agrícolas y de
minería, especialmente en minas de oro propias de la región.
El 27 de Octubre de 1561 incursionaron por
primera vez las tropas españolas en el territorio indígena. El cacique Cínera, aprovechó
un descuido de las tropas españolas para emboscarlos y aniquilarlos sin piedad.
Dos años más tarde nuevas tropas españolas, al mando de Diego Montes de Parada
retoman el lugar dándole el nombre de Villa Nirva del Callado. Capturaron al
cacique, lo ahorcaron y colgaron en el parque principal para que todos los indígenas pudieran verlo, con el fin de infundirles miedo y se alejaran de la zona.
La princesa Zulia, hija del
cacique Cínera fue la primera en verlo.
Este hecho no la atemorizó, al contrario la lleno de ira. Después de la
inhumación de su padre, reorganizó busco a los guerreros más valientes para conformar la tribu Cínera en honor a su padre, con
el propósito de vengar su muerte y recuperar sus tierras.
Un antiguo amigo de la
familia el príncipe Guaymaral, hijo adoptivo del cacique Kukuta, atendió el
llamado de la princesa Zulia para unirse a la nueva tribu, así que junto a guerreros de distintas comunidades, entre ellos los barí, partieron hacia el territorio donde se encontraba la nueva tribu. Entrenaron durante
tres años, tiempo en que además forjaron sus lazos su amor.
El día del golpe llegó. La
tribu Cínera acabó con todos los españoles y raptaron a Diego Montes, lo decapitaron e hicieron
chicha con su cabeza fermentada, la cual se tomaron a manera de celebración por el triunfo obtenido. Esta situación
convirtió a la tribu Cínera, en la más fuerte y dominante en la región, pero a
su vez la debilito pues su sed de poder la dejo sin aliados, incluso alejándola de la
tribu chitarera.

Una vez derrotados y aniquilados en su totalidad los integrantes
de la tribu Cínera, el capitán Esteban Rangel solicita la conformación de una
nueva ciudad, la tercera en esta región y con lo que pretendió rendir un
homenaje al oidor y consejero de la real academia española Don Alonso Pérez de
Salazar, complementándolo con las plantas nativas de este valle: las palmas de
corozo.
El príncipe Guaymaral, después de haber sido derrotado y haber perdido a la mujer que amaba, emprendió una nueva batalla contra los españoles liberando los pueblos indígenas de su yugo. En honor a su amada, los pueblos que libero ahora llevan su nombre, ejemplo de ello encontramos lo que hoy se conoce como el municipio y el corregimiento de El Zulia en Colombia y el estado Zulia en Venezuela.
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